Se trata del Bob Marley Tuff Gong Museum que se alza en Kingston, la capital de Jamaica. Precisamente en la casa en la que el artista vivió hasta 1981 y en la que pueden apreciarse diversos objetos que utilizó durante su vida.
Allí funcionó también la discográfica Tuff Gong y por ello el nombre del establecimiento situado en el número 56 de Hope Road. Un sitio imperdible para cualquier turista que llegue a la isla.
Tan importante es ese lugar que, en 2001, se convirtió en patrimonio nacional y ganó mayor protección por parte del gobierno. Porque, más allá de su atractivo turístico, Bob Marley es un símbolo de la cultura rastafari y un ícono de Jamaica.
De este modo, todos aquellos que se acerquen a la casa-museo, podrán encontrar, entre otras cosas, sus discos de oro y platino, recortes de periódicos, su ropa y fotografías.
Pero, sin dudas, lo más interesante será recorrer su hogar en el que se conserva la decoración de cada ambiente, pasear por su plantación de hierbas medicinales, entrar a la cocina donde las preparaba y disfrutar de las esculturas que lo representan. Todo, claro, pintado de amarillo, rojo y verde.
Y, como no podía ser de otra manera, antes de retirarse será un paso obligado entrar, al menos a mirar, en las dos tiendas de recuerdos que posee el museo o bien probar algunos platos típicos en el restaurante Queen of Sheba. Pero, para los más valientes, un reto será el de ingresar a la peluquería y salir con rastas en la cabeza.
El museo de Bob Marley puede visitarse de lunes a sábados de 9.30 a 16, horarios en los que sale el primero y el último tour, dado que el recorrido es guiado y dura aproximadamente una hora.
El precio de la entrada es de 14,60 euros para los mayores y de 7,30 para los menores de entre 4 y 12 años.
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